LA RECONSTRUCCIÓN DE UNA ALIANZA GEOPOLÍTICA
La comitiva argentina viajó a Brasilia sin tener confirmado el encuentro que finalmente se anunció poco antes de la jura de Lula Da Silva. El objetivo del encuentro será avanzar con un acuerdo de integración energética, financiera y de intercambio comercial. Los detalles. El viaje de AF y el saludo de CFK.
Tras asistir a la asunción de Lula da Silva, el presidente Alberto Fernández extendió su permanencia en Brasilia para mantener con él, este lunes, una reunión bilateral. La intención de los mandatarios es avanzar en la redacción de un acuerdo de integración energética, financiera y de intercambio comercial, un tema que viene siendo trabajado desde que Lula fue electo. El objetivo es que pueda estar terminado en los próximos días, para ser firmado el 23 de enero, durante la primera visita oficial que Lula realizará a la Argentina como parte de su nuevo mandato.
Así, en el regreso de Lula al Planalto hubo un gesto sobre la importancia que tanto Da Silva como Fernández le otorgan a la recomposición de una alianza geopolítica entre Brasil y Argentina, que aunque necesariamente estará en tensión con las derechas, tiene sobre todo ingredientes económicos.
“Vivo esto con alegría porque el pueblo brasilero ha reivindicado con justicia a Lula y lo ha vuelto a poner en el lugar que le correspondía”, dijo Alberto luego de participar en los actos de jura. Pero no fue una observación triunfalista; el presidente agregó de inmediato que ve a Lula “muy realista, manteniendo sus compromisos pero también registrando los límites que le presente le fija”.
También la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner difundió un mensaje sobre el significado político que tiene para la región el regreso de Lula a la presidencia. "Amanece un nuevo día en la América del Sur. Fuerza Lula! Fuerza Brasil!", escribió en sus redes.
Bilateral
El encuentro entre Lula y Alberto se realizará este lunes a las 10.30 de la mañana en el palacio de Itamaraty, sede de la cancillería brasileña. Además de Alberto, participará el canciller Santiago Cafiero, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, y habrá otros dos funcionarios por parte de Brasil.
La comitiva argentina había viajado al país vecino sin tener seguridad sobre que esta cumbre pudiera concretarse, pero a primera hora de la tarde, mientras comenzaban los actos oficiales de jura y asunción, el canciller Santiago Cafiero informó sobre su realización.
Fernández había llegado a Brasilia el domingo al mediodía, con el tiempo justo para almorzar en la residencia del embajador argentino, Daniel Scioli, donde estuvo acompañado por Cafiero, por la vocera Gabriela Cerruti y por la secretaria de Cambio Climático, Cecilia Nicolini.
Luego el Presidente y su delegación fueron hasta el Congreso Nacional de Brasil, donde tuvo lugar la Sesión Formal de Toma de Posesión de Lula. Y más tarde asistieron al cambio de mando y la entrega de los atributos presidenciales en el Palacio del Planalto, la sede del Poder Ejecutivo, donde Lula, rodeado de representantes de etnias y minorías sociales, recibió la banda presidencial de manos de Aline Souza, una mujer negra de 33 años, cartonera.
Lo político y lo económico
Brasil es el principal socio comercial de Argentina: en 2022 fue el destinatario del 14,1% de nuestras exportaciones. El comunicado oficial del gobierno argentino sobre la asunción de Lula y el viaje de Alberto Fernández puso el acento en este aspecto, “la interdependencia productiva” de los dos países. Habló, en ese sentido, de la expectativa sobre una cooperación estratégica que ayude a la generación de empleo de calidad para ambos pueblos.
La Cancillería, a través de Cafiero, puso en cambio el foco en lo político. “Siempre recordamos con el presidente Alberto Fernández cuando él siendo candidato, lo vinimos a visitar cuando estaba injustamente encarcelado”, señaló el ministro de Relaciones Exteriores.
Agregó que todo el proceso por el que Lula recuperó la libertad, se presentó nuevamente como candidato presidencial y ganó la elección con el voto popular “es un legado muy importante para las democracias de América Latina, porque en Brasil hubo un mecanismo diseñado para proscribir, para apartar, que también incluyó la salida de Dilma Rousseff del gobierno. Hay mucho para revisar y comprender” sobre cómo “a los movimientos populares se los persigue y los líderes populares que se atreven a llevar adelante modelos de producción, de empleo para sus habitantes y se revelan contra los modelos extractivistas, de especulación financiera, son castigados”.
Scioli, a su vez, transmitió las expectativas económicas del gobierno. “Este es el renacer de la relación entre Brasil y Argentina, por el impacto que va a tener el aumento del comercio bilateral” indicó.
En ese sentido, aseguró que “la afinidad entre Alberto y Lula” va a expresarse en la firma rápida del acuerdo de integración financiera y energética, “porque Brasil necesita del gas argentino”, mientras que el intercambio comercial va a aumentar con la implementación de un sistema “que permitirá usar monedas locales, haciendo una compensación dentro de los 180 días”.
Sobre la premura en redactar el acuerdo, el embajador señaló que el ministro de Economía, Sergio Massa ya estuvo hablando del tema con su par brasileño, Fernando Haddad. Por otra parte, para esta semana, después del encuentro cara a cara de los presidentes, fue pautada una reunión de trabajo de los cancilleres, de manera que la preparación del acuerdo no se demore.
La visita de Lula a Argentina reflejará que la voluntad de recomponer las relaciones bilaterales se extiende a lo regional. Da Silva llegará a Buenos Aires para participar aquí de la Cumbre de Jefes de Estado de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que tendrá lugar el 24 de enero, y en la que la principal noticia será el regreso de Brasil al bloque, de donde se retiró por decisión del ultraderechista Jair Bolsonaro.
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